20 febrero 2006

X Tertulia Caraqueña de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror

Otra tertulia que viene y se va.

Este mes estrenamos como novedad el día del mes y el lugar. Como ya es sabido por todos los que siguen nuestro desarrollo, el último sábado de este mes coincidía con el fin de semana de carnavales, que en Venezuela es feriado, por lo que era altamente probable una ausencia casi total. (Para aquellos que no están familiarizados con los feriados venezolanos, que sepan que caraqueño que se precie, caraqueño que va a la playa apenas hay un fin de semana largo, siendo los fines de semana de carnavales y de Semana Santa los preferidos.) Además, el compañero ubikuo Juan Carlos Aguilar que estaba de paso por la capital pudo así estar presente en la tertulia.

El lugar fue un restaurante chino-japonés llamado China One, recién abierto hace menos de un mes y que está en la Torre Adriática de Altamira, justo a la salida noroeste del metro. El lugar es pequeño y la verdad es que nosotros invadimos la mitad del local. La atención, insuperable. Los precios, buenos. La comida, espectacular (recomiendo la crema de maíz y pollo y el roll que tiene salsa de vieras por encima y que ya se me olvidó el nombre, pero pregunten por él, realmente vale la pena). Creo que, mientras los dueños no nos echen (por aquello de ocupar medio local por 6 horas, consumir poco y hacer mucho ruido), éste podría ser un lugar perfecto para continuar las tertulias. Tiene como ventaja sobre El León (además de la buena atención) que no hay música, por lo cual se conversa más a gusto. Está más cerca del metro (excelente cuando llueve). Tiene aire acondicionado. La iluminación es buena. En fin, repetible.

Los representantes de Ubik, la Asociación Venezolana de Ciencia Ficción, estuvieron allí desde las tres de la tarde, recordando viejos tiempos con en amigo Juan Carlos. Cuando yo llegué a las cinco, estaban con él Víctor Pineda, Yamil Madi y Jorge de Abreu con toda su familia, es decir, su esposa y sus tres hijos. A Víctor, Yamil y Jorge no los veía desde la primera tertulia, y a los demás los conocí ese mismo día.

Más tarde fue llegando la gente, de toda la cual no espero poder acordarme, es mucho pretender de mí. A ver, me acuerdo de la presencia de:
  • Milan Banjanin aka Viajero aka S'nta
  • Juan Raffo
  • Luis Luna acompañado de una agradable dama, que me la presentaron, cierto, pero (para variar) olvidé el nombre
  • César (no recuerdo el apellido)
  • Farrens Carreño (esta vez sin Mirta)
  • Olaf Ilzins
  • Alexis Hernández, en representación del Grupo Umbral
  • Carlos Fernández aka Kilior aka Gollem con su novia Yuhanny
  • Omar García, del programa de radio
  • Sergio Soto, también de la radio
  • María Victoria Alen, que vino con Omar
  • Daniel, el ilustrador de Ucronías
  • Dragón Negro aka... Dragón Negro
Y también hubo otros dos chicos que vinieron a hablar con Alexis, supongo que sobre la revista, pero no se integraron a la tertulia general.

Sobre lo concurrida y animada, las fotos hablan por sí mismas. Si han seguido las fotografías de las tertulias pasadas no hará falta identificar a cada una de las personas: la mayoría son viejos conocidos y los demás se identifican por descarte.

Como ya es usual, aprovechamos la reunión para cuadrar detalles de la revista, hablar de política (no, en realidad esta vez no se habló de política), de libros, de cine, de dibujos animados... La verdad es que a estas alturas ya no podría reseñar todos los temas de conversación tocados. Recuerdo especialmente cuando todos los programadores (eran unos cuantos) se pusieron a hablar de lenguajes de programación y a competir a ver cuál había hecho lo más arcaico (ganó Viajero, por si alguien lo dudaba). Fue una buena oportunidad para concentrarme en mi cena.

Y fue un éxito la trivia de comiquitas viejas que hizo Juan Carlos. Hubo muchos perdedores (yo entre ellos, pero claro, yo no soy tan... ¿antigua?). Algunos memoriosos. Y el Dragón Negro, que les ganó a todos por paliza.

Hacia las nueve de la noche, hora de cierre del restaurante, pagamos la cuenta y nos dispusimos a hacer como San Blas. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, y continuamos la tertulia... ¡parados frente al restaurante! Viajero tomó varias fotos, pero quedaron muy oscuras y borrosas, por lo que no las incluí aquí.

Poco a poco iba emigrando la gente y, cuando éramos demasiado pocos como para que fuera seguro estar allí, un lugar oscuro y solitario, terminamos de despedirnos en la Plaza Altamira, que a esa hora bullía de gente.

Faltan tres meses para que cumplamos un año. ¿Qué haremos para celebrarlo? Espero sugerencias.