17 enero 2007

X Aniversario del Sitio de Ciencia Ficción

El día jueves 11 de enero fue muy agitado, al punto que, cuando llegué al lugar estaba muerta del cansancio y muerta del hambre. Eran cerca de las seis de la tarde, y la cita era a las siete. Así que comencé por el principio: verificando que mi reservación estaba en orden (lo estaba) y pidiendo una mesa para dos, pues tenía la intención de cenar. La chica que nos atendió en la entrada, muy amable ella, me preguntó si preferíamos que nos prepararan la mesa grande de una vez, y le dije que sí, que me parecía buena idea, así que nos tocó esperar unos minutos en la entrada mientras juntaban las mesas.

Así, el Dragón Negro y yo pedimos un plato de pollo barbecue y lomo de cerdo con cole slaw y mazorca de maíz mientras se hacía la hora de que llegaran los invitados. Apenas estábamos terminando de comer cuando llegó César, y un poco después Carlos y Alexis. Para ese momento, habiendo terminado de comer, y para no complicarnos con las cuentas, pedimos la correspondiente a nuestra cena. Cuando la estábamos pagando, Carlos me preguntó si era que habían llegado muy tarde. En verdad habían llegado temprano y asistieron de manera involuntaria a mi ritual favorito: cena temprana en Tony Roma's.

Poco a poco fueron llegando los demás: Alejandro, Siria, Juan, Kilior, Yu, Farrens, Mirtha y Daniel. Y fue el momento de ir pensando en lo que íbamos a pedir. Me hice con una lista de los precios de los cocteles y comprobé, con una mezcla de alegría (por la sencillez) y de tristeza (porque el único caro era mi favorito), que todos los cocteles (menos uno, el de Kalhúa con Bailey's y helado de mantecado) costaban más o menos lo mismo. Hice algunos cálculos y comprobé que nos alcanzaría para un coctel por cabeza sin pasarnos por mucho. Fue una buena noticia.

Pero la noticia mejoró un poco después cuando nos enteramos que los jueves hay dos por uno en cocteles, así que los ánimos comenzaron a alegrarse aún antes del alcohol.

Bien, luego de un buen rato, ya tenía yo una lista de lo que quería cada uno, y una lista armonizada (como buen físico cuadrado y esquemático que soy, hice la lista persona-trago y la lista ordenada por clase de trago).

Temí que tendríamos que repetir el proceso si por casualidad no había de alguno, porque creo que entre todos agotamos la carta de bebidas. Pero no fue, afortunadamente, el caso.

Luego de un rato llegaron las tan esperadas y coloridas bebidas encargadas y me di a la tarea de decirle a la chica para dónde iba cada una (las ventajas de las listas). Y la segunda y no menos importante tarea: lograr que nadie probara su bebida antes del brindis. Ni antes de la foto.

Bueno, como ven, lo logré (creo), y aquí hay varias fotos de antes, durante y después del brindis.

Brindamos por el Sitio de Ciencia Ficción, por su amo y señor Francisco José, porque siga cumpliendo más y más años y porque algún día Forjadores pueda decir lo mismo (bueno, eso último lo hice yo solita en mi fuero interno).

La gente pidió su segunda ronda de bebidas, y debo decir que los cocteles de Tony Roma's son dulces y tienen poco alcohol ("para damas", dijo César en algún momento), pero, ¡caray!, ¡cómo se suben a la cabeza!

Yo debo admitir que soy floja para el alcohol: con el primero estaba mareada, así que pasé del segundo. El volumen de la conversación y el tono de los chistes fue aumentando gradualmente, de manera proporcional a como se vaciaban los vasos.

Y algunos quisieron cenar, pero era menester cerrar la cuenta de las bebidas para abrir la de la cena (insisto, para no enredarme con las cuentas). Esto no le hizo mucha gracia a algunos que ya habían despachado su segunda (y hasta tercera, porque algunos no repitieron, pero tampoco se desperdiciaron) bebida tenían hambre. ¿No me creen?

Finalmente nos trajeron la cuenta, que daba la gran cantidad de mil bolívares por persona (menos de medio dólar), pero calculé una buena propina para nuestra chica e hice subir el saldo a tres mil quinientos. Nadie se quejó, todos pagaron (es que dos tragos por 3 500 Bs..........) y yo feliz.

Más felices se pusieron los que cenaron cuando finalmente les trajeron sus platos.

Se habló, se bebió, se comió, se echaron chistes, y finalmente pensamos en que al día siguiente había que ir a trabajar, así que nos fuimos despidiendo. los demás se quedaron un poco más, mientras les traían la, por fin, última cuenta de la noche.

Para cerrar les dejo un pequeño video que tomé casi antes de retirarme del lugar rumbo a mi casa y a mi cama.



¡Ah, se me olvidaba! Aquí pueden ver las reseñas y fotos de las diversas celebraciones que hubo a lo largo y ancho del planeta por el Sitio. Para el momento de escribir estas palabras, estaban las de Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia y algunas fotos que Ale puso en internet. Quedan por publicarse aún las de Buenos Aires y las de Lima.

03 enero 2007

XX Tertulia Caraqueña de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror

El 16 de diciembre fue la tertulia número veinte. Como era la última del año, se organizó una especie de reunión navideña (ya verán por qué) y, eso sí, muy especial. Alejandro organizó una parrilla a la criolla y Carlos Briceño puso el lugar: su casa, que tenía todos los requisitos solicitados (internet inalámbrico, espacio y parrilla). Milan aka Viajero aka S'nta del planeta K'laus se ofreció como maestro parrillero. A continuación una muestra de la parrilla (la veo y me vuelve a dar hambre).


Después de cumplir con mis labores familiares y de ama de casa, vine llegando al lugar casi a las seis de la tarde, y ya estaban el Viajero con su esposa Cecilia y algunos habituales (y no tanto).

Al poco de llegar yo, Viajero comenzó sus labores magistrales. Y al poco de comenzar él comenzaron a congregarse los moscardones a su alrededor. No es casualidad de que todos sean de sexo masculino (la única mujer de la foto, Cecilia, estaba ayudando con la cocina). Yo no me había dado cuenta de que la comida ya estaba saliendo, salvo por el olorcito. Pero en algún momento de la tarde, me giré hacia la parrilla... y vi que la mesa había sido completamente cubierta por la representación masculina de la tertulia. Como veinte minutos después miré de nuevo...y allí seguían. Y sólo un rato después fue que empezó a circular un poco de chorizo.

Mientras los hombres se atarugaban de lo que sea que tuvieran en sus caras anteriores, las chicas nos dedicamos a beber, cantar, bailar y hablar. Mención aparte debo hacer al que se le haya ocurrido la genial idea de comprar ponche crema. Cómo lo agradecí.

La tarde se prestó para intentar por todos los medios encontrarnos con nuestros pares de otros países. Alejandro fue el encargado de poner el Skype y el Festoon a punto para la conexión internacional con Perú y Argentina. La verdad es que estuvimos conectados largamente con Perú, y por un instante hasta logré escuchar sus voces. Cuando Ale y yo nos presentamos, alguien al otro lado dijo que me conocía por las listas de correo. Lo malo es que fue apenas un instante de sonido. El resto del tiempo nos entretuvimos viendo a una nena que hacía monadas frente a la webcam. Eso, con Perú. Argentina habrá estado en línea unos dos minutos, como mucho, distribuidos en muchos instantes.

La vez que más tiempo estuvieron, los vimos casi congelados. Sólo hubo tres cuadros: uno en el que se veía a Laura, del cuello para abajo y con un vaso en la mano (y Ale gritando en el micrófono que "la chica bonita se agacheeeeee"); otra con el Aburcho de perfil y otro vaso en la mano; y la tercera fue media cara de Rolcon.

Bueno, la cosa es que hubo un momento a partir del cual Rolcon dejó de intentar conectarse y la gente de Perú estaba en sus cosas (muy serios ellos, sentaditos en un sofá y con una tetera y varias tazas... mientras nosotros con tremendo relajo).

Bien, luego de comer nos visitó Santa. Además de hacernos muy felices con su presencia, que ya eso había sido espectacular, Santa nos trajo regalos a todos. Y todos pudimos tomarnos fotos sentados en sus piernas, como la foto de Zora que sale pelín más adelante. Y como la de Ale, en la que comprobaba por el método tradicional que la barba de Santa era auténtica.




El espectáculo de Santa se prolongó hasta que todos (¡TODOS!) se hubieran sentado en sus piernas y recibido su regalito.

Después de eso vino la sesión de fotos, que fue muuuuuy prolongada. Fotos con las chicas, fotos con los chicos, fotos con el grupo, fotos con grupitos... Y lo peor de todo es que esa noche no era muy fresca. Yo, con apenas una blusa fina de manga larga (y la bufanda y el gorro) estaba pasabdo calor. Me imagino al pobre de Santa. (Más el calor generado por tener a tantas bellezas sentadas en sus piernas, claro.)





Durante la sesión de fotos, algunos nos pusimos a jugar con nuestros regalitos navideños.

Y fue cuando Santa dio muestras de querer quitarse el uniforme. Pero...

Pero a principios de la tarde, Ale prometió que las chicas tendríamos un espectáculo de striptease, así que me puse a pedir a gritos que cumpliera su palabra... y fui, por supuesto, coreada por las demás.

Y, claro, Santa hace regalos en Navidad, ¿cierto? Y no había stripper por la zona, ¿cierto? Y no iba a permitir que lincháramos a Ale, ¿cierto?

Así que Santa hizo tremendo striptease. De ello les asomo apenas una muestra, pero hay más fotos, muchas más, que pronto podrán ver (sólo si terminan de leer este post).



Después del espectáculo stripper, agotadas las chicas, Santa se vistió de nuevo y un poco después se marchó (le faltaba aún un largo recorrido en su trineo). Y poco a poco se fueron dando las escenas típicas del final de una fiesta.


Y así fue como se desarrolló la última tertulia del 2006, con mucho de fantasía y poco de ciencia ficción (lo más ciencia ficción fue la forma como se compactificó la comida en los estómagos de la gente).

Para terminar, los invito a ver la totalidad de las fotos (¡ÍNTEGRAS, SIN CENSURA Y COMENTADAS!) en Flickr. A los que asistieron a la fiesta, señores, no me culpen por las fotos; en primer lugar... ¡ustedes posaron! y en segundo lugar, juro por FORJADORES que jamás usé mi cámara, así que tampoco soy culpable de ello.

Disfruten.